QUERERTE HASTA EN OTRA VIDA
Voy a quererte,
incluso más de lo que sentí antes,
voy a quererte con todas
y cada una de tus marcas
del pasado,
quererte con tus cicatrices
y esas heridas que aún no has
logrado cerrar.
Voy a quererte,
despeinada,
maquillada,
recién levantada,
toda sudada después
de un partido de fútbol
o con el cabello mojado
después de una ducha relajante.
Voy a quererte con granitos,
rasponcitos,
con canas y arrugas,
cuando los años te envejezcan
y te note más cansada.
Voy a quererte enojada,
triste o deprimida,
en tus días grises
y en las risas de días felices.
Voy a quererte,
conmigo o sin mí,
yo seguiré pensándote,
buscándote en mis sueños,
queriéndote a cada segundo,
imaginándote a cada instante.
Voy a quererte,
enferma, cansada,
de malas, llorando,
riendo, saltando,
corriendo y hasta cuando
escapes de mis brazos.
Voy a quererte,
hoy, mañana, en una semana,
en unos meses,
en un par de años, en quinientos siglos
y hasta en cien mil vidas después
de ésta.
Porque a pesar de solo
pasar 24 horas a tu lado,
ya te he elegido,
para quererte…
Hasta en otra vida.
ARTE
Intenté pintarla en un cuadro para inmortalizar cada parte de su ser, no sabía de qué color pintar sus ojos, eran cafés, de ese café que te quita el sueño, pero reflejaban océanos enteros, el cielo en esa mirada que pensé en el azul, después visualicé los árboles, pastizales, las hojas que me hacían recordarla, respirar el aire fresco del pueblo en aquella esquina donde la conocí, el verde que tanto le encantaba también encajaba, había creado las más románticas baladas al trazar cada curva de infarto, en esos kilitos de más donde ella se apenaba, eran notas que me hacían ir más allá de una simple melodía, era poesía, cada estrofa en sus hermosas y peores facetas, yo no era tan apasionado al arte hasta que la vi, podría jurar que era la escultura que mil dioses intentaron tallar, pero la perfección de su piel y rostro no podía ser traspasada en una simple estatua de mármol, iba más allá de lo pensado, que ni las pinturas de Van Gogh eran suficientes para explicar el misticismo que generaban sus palabras, en su forma de pensar, de opinar, de gritar, de reír o inclusive de llorar.
Estaba dispuesto a explorar cada lunar que habitaba en su cuerpo, apreciar su interior en cada parte, pues ella era la más grande obra de arte.