HOSPITAL PERSONAL
Para Mila.
Porque ella lo sabe, pero no se lo dirá a nadie.
Todo de pronto empieza a ser demasiado humano
o inferior quizá, aunque en el mismo piso.
Pisa dios a pleno lujo sobre fieles cucarachas
y al cabo de un año crecen flores de esos frutos.
Porque todo tiempo pasado fue ficción,
porque la ficción,
por más triste o despiadada que parezca,
es más segura que la arcilla y más sencilla,
más clara que la idea que la contiene.
Menos mal y apenas comenzamos.
¿Qué piensas ahora del dolor multiplicado? —oye bien lo que escribo—,
no he dicho sufrimiento sino lodo, dolor,
fandango del hombre en el charco del karma.
La revelación viene en forma de sudores-efluvios,
lluvia de carne y hueso sobre un techo hecho de miedo,
resistencia al rechazo del cuerpo que se rechaza a sí mismo,
sismo, oh sí, un sismo interno con máscara de simio.
¿Y si a eso le preguntamos por qué tanta insistencia?
¿Y si a eso le decimos que no fuimos nosotros?
¿Y si a eso le pedimos que nos deje, arrepentidos,
ir hasta el fondo tras un trago de espanto?
Nada obtendremos a no ser que sanemos,
pero sanar en este lugar importa poco.
No es tiempo, aunque siga siendo temprano.
Siempre será temprano y en ello transigir sería perdernos.