Max Rojas (Ciudad de México, 1940 – 2015). Poeta, ensayista, crítico literario y gestor cultural mexicano. Fue Premio Iberoamericano de Poesía Carlos Pellicer, 2009. Escribió los libros de poesía: El turno del aullante, Ser en la sombra, y el poema de largo aliento Cuerpos, conformado por 25 apartados, de los cuales 6 han sido publicados en el volumen Cuerpos. El autor concibió la publicación de 4 tomos que reunieran la totalidad de los 25 apartados que conforman el proyecto poético Cuerpos. En los últimos años de su vida, Rojas escribió dos poemarios, uno breve: Las quejumbres del Agónico, este título fue corregido y aumentado por el autor, quien finalmente lo tituló: Tribulaciones del Agónico, y, un poema de largo aliento: Develación de la neblina. Asimismo concluyó la novela Vencedor de otras batallas, la cual inició a principios de los años 70, y de la cual solo se conocen algunos fragmentos.

Max Rojas: Los poetas son la verdadera furia de lo que cruje dentro.

NOTAS PARA UNA POÉTICA EN TIEMPOS DE GUERRA

La poesía es un oficio inútil —por fortuna— no sirve para nada, lo que la pone a salvo de burócratas, mercanchifles de muy diversa índole, agentes policíacos, criminales de guerra y delatores. Pero sirve, también, la poesía para todo. Es un oficio esencialmente humano, demasiado humano, tal vez, incluso el más humano que pudiera darse. Tal vez, por eso es que son pocos los llamados a ejercerlo. El poeta está, desde la realidad en que está ubicado, entre la profecía y la magia, entre el encantamiento y la hechicería. Es en el mundo, pero está, a la vez, más allá de este mundo. Más bien, no está en ninguna parte, sino, a lo mejor, en todas. El poeta es un veedor, que ve lo que los demás no vemos.

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ALGO CRUJE 

Algo cruje; ciertamente algo cruje.

Madera o mundo o muerte ya cansada

cruje;

ciertamente algo cruje, roe campanas,

masca niebla; algo mastica huesos

de angustiadas palomas.

Algo cruje; ciertamente algo cruje:

caen sonidos o golpes de azadón

o alguien escombra piedras

o quién va hacia mi hueco,

pero no, y sigue de largo.

Ciertamente algo cruje, algo en alguna parte

se está muriendo a escombros,

algo se está viniendo abajo.

Tristeza o soledad o rabia oscura:

qué desolado mundo sin ti se desmorona.

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EL TURNO DEL AULLANTE

I

Lo furioso, lo verdaderamente animal

que me sostiene, lo que me guarda en pie

con el rencor crecido, esto como de hueso,

como de dientes que se muerden

después de haber mascado el polvo,

esto de sangre, esto de grito ahorcado

como un aullido en la garganta,

esto como un muro, como un sollozo

largo de noche sin hogueras, lo animal,

lo verdaderamente bronco que me duele en los ojos.

Dije que el mar es algo así como esa diaria muerte

de mi cuerpo. Hoy me sale lo bronco

y me revuelvo, hoy me sale lo herido

y me desgarro —perdón por esta forma

de amargura, pero es que hoy

de muy adentro me sale lo animal desbocado,

la verdadera furia que me empuja:

esto de maldecir espinas

lo formalmente triste,

lo exactamente amargo como el llanto.

Ahora me vuelvo y me despido y me regreso.

Voy a buscar mi sombra entre la sombra,

porque mordí sin tiempo un corazón de niebla,

y lo bronco,

lo verdaderamente animal que me sostiene

está dolido.

*

A veces, en voz baja, los poetas muertos leen para los poetas vivos sus poemas desde el fondo, los escuchan desde el fondo del silencio, y entonces sí, las veladoras cumplen su trabajo, y el mundo resplandece”.

Max Rojas (Ciudad de México, 1940 – 2015). Poeta, ensayista, crítico literario y gestor cultural mexicano. Fue Premio Iberoamericano de Poesía Carlos Pellicer, 2009. Escribió los libros de poesía: El turno del aullante, Ser en la sombra, y el poema de largo aliento Cuerpos, conformado por 25 apartados, de los cuales 6 han sido publicados en el volumen Cuerpos. El autor concibió la publicación de 4 tomos que reunieran la totalidad de los 25 apartados que conforman el proyecto poético Cuerpos. En los últimos años de su vida, Rojas escribió dos poemarios, uno breve: Las quejumbres del Agónico, este título fue corregido y aumentado por el autor, quien finalmente lo tituló: Tribulaciones del Agónico, y, un poema de largo aliento: Develación de la neblina. Asimismo concluyó la novela Vencedor de otras batallas, la cual inició a principios de los años 70, y de la cual solo se conocen algunos fragmentos. Max Rojas: Los poetas son la verdadera furia de lo que cruje dentro.