YO LOS VI
Caminé los barrancos
que son heridas de la tierra
Caminé entre espinas
pies de polvo
Anduve
Miré las noches agujeradas de estrellas
Seguí la huella de la cascabel
señora del desierto
Los cerros me llamaron hijo
me dieron a beber el pulque
sangre vegetal de los dioses.
Supe que ahí en la inmensidad
las manos antiguas trenzan su historia
La tejen de ixtle de sangre
Los pies cuarteados buscan el agua
Y se van aquellas mujeres aquellos hombres
vestidos de nubes blancas
Me miran y sus ojos son trozos de la madrugada
Entienden todos los secretos pueden hablar con el sol
Con la tierra
Con el viento que gime en las soledades
Caminan el polvo caminan la vida.
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CAMINO DE POLVO
Si te hieres el tobillo
y rasgas tu carne blanda
no permitas que la sangre caiga
en el camino
no sea que el demonio eterno vagabundo
pruebe tu rastro con su lengua áspera
no sea que te siga
que lance un grito a la medianoche
que te llame
que te convenza para que salgas del petate
y descalza lo encuentres en el barranco
le des tus pechos tu vientre
y regreses en silencio como culebra
a enredarte en mi cuerpo dormido.
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DESIERTO SOY
Tengo zaleas de mis cuerpos anteriores
secándose al sol
una piel nueva llena de biznagas
que florecen con la niebla
tengo para darte el hambre de los montes
con sus gatos salvajes
con sus lagartos de metal antiguo
y el lenguaje de las rocas.
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MEZQUITE
Acompáñame Señor del Monte
Señor del Cerro Señor Abismo
hacedor de polvo que se vuelve vida
quebrador de destinos
posa tu mirada en la huella vacía
que deja mi pie errante
posa tu mano cósmica en mis hombros
cansados
deja me purifique me descame
písame aplasta mi andar de reptil
vuélveme semilla y deja que duerma
bajo tierra
que las larvas me acompañen
quiero nacer en los cerros azules
estirar los brazos vegetales al cielo
llamar a las nubes
mirar el movimiento del mundo
con ojos de madera
envejecer quinientos años
llorar savia marchita.