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VIII
Voluminosa carne viva
en la trilogía del fulgor,
la blanca cadencia y el verano;
música prolongada
a medianoche,
temblor ante el despojo del cuerpo.
Los silencios
vienen después.
Ahora
es momento
de la anunciación.
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X
Las cosas simples
en los rostros sabios
en la mirada calcinada de tiempo,
piedra persistente
en la levedad de los días.
Espigas de dolor,
totora que amanece
en el ojo del agua.
De Íntimos fragmentos, El Ángel Editor, Quito, 2019.
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POÉTICA II
Desde los aromas disímiles,
desde el olvido,
desde las penitencias,
desde la herida múltiple,
desde la febril realidad,
desde las antípodas latentes,
desde la humedad y la esperanza
el texto sobreviene
en torrente y acantilado;
literatura de soledades,
devoción fatal.
Poesía que somete a la rutina,
desde el murmullo de amor,
desde la luna enrojeciendo almas ausentes,
desde el tango
y la desnudez de las vértebras humanas,
desde los zapatos desgastados en la grieta,
desde el frío y la memoria,
desde los desaparecidos rostros,
desde la fe devuelta
a pesar del insomnio
y la monotonía.
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ÁNGEL CUBIERTO DE FLORES
Ha muerto
un niño
como ventisca
como martirio
como lágrima
en la tarde de callado frío.
Inocencia perturbada
en la cavidad interna
semilla y arrebato en la tempestad
relicario de orfandades.
Primavera marchita
en su diminuto cuerpo
que estremece
como relámpago prematuro
en el abismo.
Fulgor apagándose
antes de nacer.
Llanto al final del túnel.
Travesía inconclusa
en la penumbra.
Brazos extendidos al cielo,
alas de ángel que se acallan sin violín.
Furia en el vacío púrpura.
Estrella detenida
como bruma inmóvil.
Corazón desvalido
en los altares del cáliz amargo.
Flores en sus huesos
yacen
junto a la angustia
de los vivos.
De Tránsito y fulgor del barro, El Ángel Editor, Quito, 2018.