Ulises Paniagua (México, 1976). Narrador y poeta. Ganador del Concurso Internacional de Cuento Gabriel García Márquez, Colombia (2019). Entrevistado por Silvia Lemus en el programa “Tratos y retratos” de Canal 22 (2022). En 2023 fue entrevistado en un capítulo de la serie “La ciudad es mi letra”, de Capital 21 TV. Incluido en la antología Puente y Precipicio, en Rusia (2019). Autor de dos novelas, nueve libros de cuentos, dos de crónica y seis poemarios. Ha sido divulgado en Nocturnario, Círculo de poesía, Punto en línea, Ígitur, Nueva York Poetry, Altazor, Vislumbre, Algarabía y Periódico de Poesía. Publicado en Revista Anestesia a través de su columna “Los textos del náufrago”. Director del Coloquio Internacional de Poesía y Filosofía (respaldado por el FCE). Ex-director de la Colección Digital de Terror en Editora BGR (España). Ha sido traducido al inglés, ruso, griego, serbio, checo e italiano.

Ulises Paniagua: Nos han dado el lenguaje, nos han dado el fuego.

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ASÓMBRATE

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Asómbrate: nos fue dado el lenguaje

Qué mecanismo neuronal más maravilloso

Qué manera de transmitir ideas a través del aire

Qué ondulaciones magníficas, éstas que unen

raíces profundas sin palparnos

Qué magia invisible la del lóbulo frontal

Qué modo de alumbrar el intrincado tapiz

del exo-cerebro

Admírate

Nos concedieron este cuerpo

(la naturaleza supo lo que hacía)

Cada órgano

cada pieza perfectamente

organizada como una ciudad:

una prolongada novela

Un sistema que regula la sangre:

el agua en la sangre, el oxígeno en la sangre

la más profunda y orgánica tecnología

Contempla estas maravillas:

las vísceras, artilugios de materia viva

los pulmones, el riñón, el vientre de una madre:

mecanismos de carne y sustancia

Sorpréndete

Tomamos decisiones cada día

Improvisamos rutas sobre miles de calles

(reconocibles o ajenas)

Bifurcaciones somos

Multiplicación infinita

que deriva en nuevas permutaciones

Neuronas profundas

Conexión con conexiones ajenas

Red a la que nombramos Historia

21 luminosos gramos (que entendemos por alma)

conectadas a 21 gramos de otros tantos vivos

y muchos, muchos muertos

Aprendices de sinapsis que ya partieron

Radio-comunicaciones que asentamos en papel

En libros: esa gran placenta del mundo

De nuestro mundo

Asómbrate

Nos han dado el nombre

Nos fue dada el agua

Gozamos la percepción de la luz

Sabemos que estamos aquí, ahora

Presentimos la vida

(de un modo, torpe, primitivo

pero sabemos)

Resígnate

La Inteligencia Artificial, sin duda, habrá de trascendernos

La tierra seguirá adelante sin nosotros

La verde yerba nos nacerá desde la piel

Seremos el pasto de nuevos milenios

Volverán los mares y los ríos

-en su sabiduría infinita-

a reclamar lo que siempre ha sido suyo

Nos hundiremos en el tiempo

Muy abajo

Es cierto

Mas, por lo pronto, admírate

Somos excepciones pequeñas

profanas

Asómbrate

Nos fue dado el lenguaje

el tiempo, la música

los números, el amor

Nos fue concedido el conocimiento.

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TESEO EN TI

I

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La paradoja de la nave de Teseo narra cómo, al zarpar de Creta

su barco estaba completo

Tanto, como su ánimo de regresar al verde terruño

(Existen dos dudas, sin embargo:

si la historia es verídica, y si

Teseo fue un héroe o un asesino de minotauros)

Tales datos son irrelevantes

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La paradoja de la nave de Teseo afirma que, sobre la marcha

el barco sufrió daños letales

Se fue deshaciendo pedazo a pedazo

tormenta a tormenta

madero a madero

Cada pieza rota —como nuevos ojos, como nuevas manos—

se sustituyó por una idéntica

un repuesto quizá de universos paralelos

(La leyenda no explica por qué existía una cosa idéntica

para cada cosa

o en qué bodega se guardaban tan cuánticos

o metafísicos espejos)

Tales datos, aquí, son irrelevantes

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***

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El asunto es que, al llegar a Grecia

ante todas las piezas alteradas

nadie pudo descifrar si el barco era

o no era

el mismo barco

(¿Es esto cierto?

¿Alguna vez existió algo verdaderamente cierto?)

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***

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La paradoja de la nave de Teseo establece

que nadie sabe si el barco verdadero

era el primero, el subsecuente o el último

Así ocurre con nosotros

Cuando niños, fuimos un barco

Cuando adolescentes, otro distinto

Hoy, nadie sabe si navegamos con piezas nuevas

Si somos, o no, aquello que fue reconstruido

¿Qué versión de nuestro navío

arribará al último puerto?

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POEMA UNO

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Soy un inútil que apenas sabe girar una tuerca,

colocar una roldana, correr un pasador.

Un atado de letras; 

este fantasma tieso que deambula por la casa

rebotando en el lavabo, hinchado de sueño.

Indocto en las funciones del carburador,

el arranque, la balata. Ajeno al misterio

que se punza con las manos, palpando

entre diástoles y sístoles que rabian

desde un motor remiso.

Torpe, simple: ese soy.

Nunca pude reparar

el grifo de la tarja,

develar la terquedad del manual complejo

ni prevenir, a la brava familia,

aquella tarde en que la abuela murió.

No sé cuánto cuesta

el auto de mis sueños.

Ni siquiera sé si sueño con autos.

Así de fracasado soy.

Pero dentro, en el espacio custodiado

por mis propios grifos,

en los raros mecanismos que gobierna el deseo;

allí, donde prospera la palabra, el epígrafe, un acento;

donde la vida germina desde el paso

imperioso de una frase; desde el umbral

en que los libros construyen ciudades; mundo.

Dentro,

muy adentro, a veces juego a ser Dios.

Y en esos días, en esas horas,

no me importa en lo absoluto

declararme un inútil

que apenas puede girar una tuerca.

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LA OTRA CIUDAD

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A Constantin Cavafis.

Dices, Cavafis, que irás a otra tierra, hacia otro mar:

Y yo anhelo conocer tu tierra y tu mar

Dices, Cavafis, que hallarás una ciudad mejor, con certeza

Y yo sueño con Atenas cada noche

Juras que donde vuelves los ojos sólo ves

las oscuras ruinas de tu vida

y los muchos años que allí pasaste o destruyes

Yo busco mi desolación en los puertos y los bares

que frecuentas

Es cierto, Cavafis

que no hallarás otra tierra ni otro mar

Tampoco lo haré yo

El nombre de mis calles, de tus calles,

irá en nosotros, como un tatuaje que sangra a media luz

Volverás a la Ciudad de México que no conociste

Retornaré a la Ítaca de la que no debí partir

Serán las mismas ventanas

Llegará tu vejez en los mismos suburbios

(para mí, los años tal vez no alcancen para tanto)

Encanecerás en la misma casa, Cavafis

Yo buscaré escapar de mí

Y, a solas, leyendo libros

encerrado en el clóset

viajaré a un archipiélago oscuro

pasto de minotauros interiores

Esta urbe es la misma

Será la misma

Nuestros lugares serán hogar de la espera

Mi ciudad es tuya, Cavafis

No busques otra -no la hay-

ni caminos ni barco para ti

La vida que aquí perdiste

en la Atenas mexicana, la has destruido

Lo mismo hice yo en la Tenochtitlan griega

Te digo que iré a otra tierra, hacia otro mar:

Y sé que anhelarás, aún en tu muerte, conocer mi tierra y mi mar

No hay otro modo, Cavafis:

No hallaremos mejor ciudad, que aquélla de la que no partimos.

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NO, PROUDHON

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A Enrique Dussel

y su estética de la liberación.

Dice Proudhon que los humanos son los únicos seres

que pueden apreciar la belleza

Pero he visto al canario de la selva batir sus alas, hacer una reverencia al sol

como lo hace un poeta que conjura la belleza en medio de un delirio

El canario ama al sol

Cuando bate sus alas, emite un juicio estético

Hay asombro más allá de una jaula hecha de palabras

Dice Proudhon que los humanos son los únicos seres

que pueden apreciar la belleza

Miente.

Ulises Paniagua (México, 1976). Narrador y poeta. Ganador del Concurso Internacional de Cuento Gabriel García Márquez, Colombia (2019). Entrevistado por Silvia Lemus en el programa “Tratos y retratos” de Canal 22 (2022). En 2023 fue entrevistado en un capítulo de la serie “La ciudad es mi letra”, de Capital 21 TV. Incluido en la antología Puente y Precipicio, en Rusia (2019). Autor de dos novelas, nueve libros de cuentos, dos de crónica y seis poemarios. Ha sido divulgado en Nocturnario, Círculo de poesía, Punto en línea, Ígitur, Nueva York Poetry, Altazor, Vislumbre, Algarabía y Periódico de Poesía. Publicado en Revista Anestesia a través de su columna “Los textos del náufrago”. Director del Coloquio Internacional de Poesía y Filosofía (respaldado por el FCE). Ex-director de la Colección Digital de Terror en Editora BGR (España). Ha sido traducido al inglés, ruso, griego, serbio, checo e italiano. Ulises Paniagua: Nos han dado el lenguaje, nos han dado el fuego.