.
*
Me dijeron que mi casa olía a perros, y yo les pregunté: ¿Sabes a qué huele un perro? Huele a gratitud, lealtad, nobleza, cariño, amor puro e incondicional. Y, a pesar de todo por lo que han pasado, no huelen a resentimiento. Así que, me siento bendecido de que mi casa huela a perros.