.
CANCIÓN
.
Me pierdo en mi soledad
y en ella misma me encuentro,
que estoy tan preso en mí mismo
como en la fruta está el hueso.
Si miro dentro de mí,
lo que busco veo tan lejos,
que por temor a no hallarlo,
más en mí mismo me encierro.
Y si fuera de mí salgo,
más deprisa a mí me vuelvo,
que ya ni me entiende el mundo,
ni en el mundo nada entiendo.
Así, por dentro y por fuera,
se equilibra mi destierro,
dentro de mí, por temor,
fuera, por falta de miedo.
Entre mis dos soledades,
igual que un fantasma hueco,
vivo el límite de sangre
sombra y fiel de mis deseos.
Hoy, mi soledad me basta,
que en ella sé lo que espero,
lo que por ella he perdido
y lo que con ella tengo.