Alfonsina Storni (Capriasca, Suiza, 1892 – 1938). Fue una destacada poeta argentina que sobresalió con una obra en la que indagó en el imaginario femenino y pasó a llevar todas las normas establecidas en el periodo, siendo independiente, madre soltera y autosuficiente. Aunque comenzó siendo una profesora rural, logró abrirse camino en Buenos Aires y formar parte de los círculos intelectuales, así como ser conocida por el gran público. Su poesía se caracterizó por la simpleza y realidad que transmitía, haciendo alusión a la situación de cualquier latinoamericana de aquellos años.

Alfonsina Storni: Las olas borrarán aquello que se debía hacer.

HOMBRE PEQUEÑITO

Hombre pequeñito, hombre pequeñito,

suelta a tu canario que quiere volar…

Yo soy el canario, hombre pequeñito,

déjame saltar.

Estuve en tu jaula, hombre pequeñito,

hombre pequeñito que jaula me das.

Digo pequeñito porque no me entiendes,

ni me entenderás.

Tampoco te entiendo, pero mientras tanto

ábreme la jaula que quiero escapar;

Hombre pequeñito, te amé media hora,

no me pidas más.

Bien pudiera ser

que todo lo que en verso he sentido

no fuera más que aquello que nunca pudo ser,

no fuera más que algo vedado y reprimido

de familia en familia, de mujer en mujer.

Dicen que en los solares de mi gente, medido

estaba todo aquello que se debía hacer…

Dicen que silenciosas las mujeres han sido

de mi casa materna… Ah, bien pudiera ser…

A veces a mi madre apuntaron antojos

de liberarse, pero se le subió a los ojos

una honda amargura, y en la sombra lloró.

Y todo eso mordiente, vencido, mutilado.

Todo eso que se hallaba en su alma encerrado,

pienso que sin quererlo lo he libertado yo.

.

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DOLOR

Quisiera esta tarde divina de octubre

pasear por la orilla lejana del mar;

que la arena de oro, y las aguas verdes,

y los cielos puros me vieran pasar.

Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera,

como una romana, para concordar

con las grandes olas, y las rocas muertas

y las anchas playas que ciñen el mar.

Con el paso lento, y los ojos fríos

y la boca muda, dejarme llevar;

ver cómo se rompen las olas azules

contra los granitos y no parpadear;

ver cómo las aves rapaces se comen

los peces pequeños y no despertar;

pensar que pudieran las frágiles barcas

hundirse en las aguas y no suspirar;

ver que se adelanta, la garganta al aire,

el hombre más bello, no desear amar…

Perder la mirada, distraídamente,

perderla y que nunca la vuelva a encontrar:

y, figura erguida, entre cielo y playa,

sentirme el olvido perenne del mar.

.

.

HUMILDAD

Yo he sido aquella que paseó orgullosa

el oro falso de unas cuantas rimas

sobre su espalda, y se creyó gloriosa,

de cosechas opimas.

Ten paciencia, mujer que eres oscura:

Algún día, la Forma Destructora

que todo lo devora,

borrará mi figura.

Se bajará a mis libros, ya amarillos,

y alzándola en sus dedos, los carrillos

ligeramente inflados, con un modo

de gran señor a quien lo aburre todo,

de un cansado soplido

me aventará al olvido.

Peso ancestral

tú me dijiste: no lloró mi padre;

tú me dijiste: no lloró mi abuelo;

no han llorado los hombres de mi raza,

eran de acero.

Así diciendo te brotó una lágrima

y me cayó en la boca… más veneno:

yo no he bebido nunca en otro vaso

así pequeño.

Débil mujer, pobre mujer que entiende,

dolor de siglos conocí al beberlo:

Oh, el alma mía soportar no puede

todo su peso.

Alfonsina Storni (Capriasca, Suiza, 1892 – 1938). Fue una destacada poeta argentina que sobresalió con una obra en la que indagó en el imaginario femenino y pasó a llevar todas las normas establecidas en el periodo, siendo independiente, madre soltera y autosuficiente. Aunque comenzó siendo una profesora rural, logró abrirse camino en Buenos Aires y formar parte de los círculos intelectuales, así como ser conocida por el gran público. Su poesía se caracterizó por la simpleza y realidad que transmitía, haciendo alusión a la situación de cualquier latinoamericana de aquellos años. Alfonsina Storni: Las olas borrarán aquello que se debía hacer.