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QUÉ PIENSAS EN MI AUSENCIA
¡Oh Arcano indescifrable!
Por qué te llevas del alba la última estrella cual
deshonra del peregrino, si en el designio de este
trayecto también he sido espectador en la travesía
de mi espectáculo.
¡Oh Universo inmaculado!
Qué objetaron los astros cuando el hombre segmentó
con líneas la grandeza del planeta y en la más pura
yerba pisó el legado de las Eras, por asfalto sin
memorias en ciudades sordomudas.
¡Oh Arquitecto de los soles!
Por qué reconozco mis gestos en los del hermano
distante; a ti te reconozco en el extremo de los días
cuando floreces en paisajes que fecundan la palabra.
Acepto los propósitos de esta estancia e imagino
las conquistas del mañana; el sol tropical, las
esencias australes, los vientos alisios.
¡Oh Amada inagotable!
Qué piensas en mi ausencia que me cuentan tus
silencios, acaso los asedios del camino en las
virtudes de las huellas.
He consumido cada sustrato de tu aroma para llevarte
en los perfumes de mis pasos, intentando en la epopeya
no olvidar ningún camino.
¡Oh escrito indefinido!
El amanecer, los desvelos, las matemáticas y el silencio;
nuestras respuestas, los acertijos:
es esto y nada, todo y tú.
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MUSICOLOGÍA
Yo llego hasta los extremos de la canción,
sin poseerla la hallo mía, siendo de ella me
siento libre y aunque en silencio vaya,
también soy melodía.
En el extremo de mi canción busco los estribillos
de la juventud, a veces en altas notas presentes
y a cada paso en bajos tonos distantes.
Canción que las golondrinas de Marzo, que los
crespúsculos de Junio, que las lluvias de Mayo.
Canción que fue ayer, que es ahora y será mañana.
Trova milenaria que en las tensas y agotadas
manos son la mirada de la madre, los consejos
de los padres, el eco del hermano.
Yo me detengo en las aristas de la canción,
percibo el relieve de los mares, las madrugadas
de las ciudades y en las colinas los amaneceres
del porvenir.
Los coros, las estrofas, esta ruta que se expande
desde la última estrella hasta mis venas.
Las pausas, los cambios, este silencio que es
un grito en el filo de una hoja que es mensaje;
infinito, diminuto.
¡Ah! Yo no discuto los inicios de esta canción,
la moraleja indeleble, el recuerdo infantil,
la anecdótica falla.
Sin desafinarla le hallo perfecta y en su imperfección
descubro mis dones; cantarla quisiera, pero terminada
aún no está.
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REFLEXIÓN TEMPORAL
Qué será el tiempo más que el desgaste
de su palabra y la sublime estancia donde
el olvido habita; este silencio de resonancias
o las sujeciones y trascendencias.
Aquello que ante nosotros se evidencia como
único y verdadero o el futuro recuerdo de lo
que hoy habrá sido.
Qué es el camino
¿Quehacer de la vida misma o abstracción
de un efímero paso?
El compartir, la libertad; los suvenires.
Indómito escenario que hoy detallan los paisajes;
lo que inquieres y no discutes, lo que callo y no
reprocho.
Qué es la pregunta más que la respuesta de otra
duda andariega, teorías y soliloquios o reprimendas
y aceptaciones.
Yo confirmo que cada uno de mis átomos son
obra y victoria del principio que en sus manos
el Arcano ayer labró.
Tal vez todo sea la simplicidad del misterio,
el devenir de la idea y la acción de los días,
esta promesa escarlata de un recital infinito,
que concluyendo no terminamos cuando
empezando es que seguimos.