Andrés Calderón (Caracas, Venezuela. 1991), escritor y apasionado de la literatura. Inspirado siempre en la situación migratoria de Latinoamérica, Andrés es autor de tres poemarios: "Testimonio de una despedida anticipada", "La infinita grieta del sendero" y "Ecos de un canto lejano", además de un libro de cuentos, "Relatos de un turista varado" y una novela, "Donde no florecen las rosas". Además de Caracas, ha residido en Medellín, Colombia, y actualmente en la Ciudad de México. Instagram: @soyarcalderon

Andrés Calderón: memorias en ciudades sordomudas

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QUÉ PIENSAS EN MI AUSENCIA        

¡Oh Arcano indescifrable!

Por qué te llevas del alba la última estrella cual 

deshonra del peregrino, si en el designio de este 

trayecto también he sido espectador en la travesía 

de mi espectáculo.

¡Oh Universo inmaculado!

Qué objetaron los astros cuando el hombre segmentó 

con líneas la grandeza del planeta y en la más pura 

yerba pisó el legado de las Eras, por asfalto sin 

memorias en ciudades sordomudas.

¡Oh Arquitecto de los soles!

Por qué reconozco mis gestos en los del hermano 

distante; a ti te reconozco en el extremo de los días 

cuando floreces en paisajes que fecundan la palabra.

Acepto los propósitos de esta estancia e imagino 

las conquistas del mañana; el sol tropical, las 

esencias australes, los vientos alisios.

¡Oh Amada inagotable!

Qué piensas en mi ausencia que me cuentan tus 

silencios, acaso los asedios del camino en las 

virtudes de las huellas.

He consumido cada sustrato de tu aroma para llevarte 

en los perfumes de mis pasos, intentando en la epopeya 

no olvidar ningún camino.

¡Oh escrito indefinido!

El amanecer, los desvelos, las matemáticas y el silencio; 

nuestras respuestas, los acertijos: 

es esto y nada, todo y tú.

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          MUSICOLOGÍA

Yo llego hasta los extremos de la canción, 

sin poseerla la hallo mía, siendo de ella me 

siento libre y aunque en silencio vaya,

también soy melodía.

En el extremo de mi canción busco los estribillos 

de la juventud, a veces en altas notas presentes 

y a cada paso en bajos tonos distantes.

Canción que las golondrinas de Marzo, que los 

crespúsculos de Junio, que las lluvias de Mayo. 

Canción que fue ayer, que es ahora y será mañana.

Trova milenaria que en las tensas y agotadas 

manos son la mirada de la madre, los consejos 

de los padres, el eco del hermano.

Yo me detengo en las aristas de la canción, 

percibo el relieve de los mares, las madrugadas 

de las ciudades y en las colinas los amaneceres 

del porvenir.

Los coros, las estrofas, esta ruta que se expande

desde la última estrella hasta mis venas.

Las pausas, los cambios, este silencio que es 

un grito en el filo de una hoja que es mensaje; 

infinito, diminuto.

¡Ah! Yo no discuto los inicios de esta canción, 

la moraleja indeleble, el recuerdo infantil, 

la anecdótica falla.

Sin desafinarla le hallo perfecta y en su imperfección 

descubro mis dones; cantarla quisiera, pero terminada 

aún no está.

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          REFLEXIÓN TEMPORAL 

Qué será el tiempo más que el desgaste 

de su palabra y la sublime estancia donde 

el olvido habita; este silencio de resonancias 

o las sujeciones y trascendencias.

Aquello que ante nosotros se evidencia como 

único y verdadero o el futuro recuerdo de lo 

que hoy habrá sido.

Qué es el camino 

¿Quehacer de la vida misma o abstracción 

de un efímero paso? 

El compartir, la libertad; los suvenires.

Indómito escenario que hoy detallan los paisajes; 

lo que inquieres y no discutes, lo que callo y no 

reprocho.

Qué es la pregunta más que la respuesta de otra 

duda andariega, teorías y soliloquios o reprimendas 

y aceptaciones.

Yo confirmo que cada uno de mis átomos son 

obra y victoria del principio que en sus manos 

el Arcano ayer labró.

Tal vez todo sea la simplicidad del misterio, 

el devenir de la idea y la acción de los días, 

esta promesa escarlata de un recital infinito, 

que concluyendo no terminamos cuando 

empezando es que seguimos.

Andrés Calderón (Caracas, Venezuela. 1991), escritor y apasionado de la literatura. Inspirado siempre en la situación migratoria de Latinoamérica, Andrés es autor de tres poemarios: "Testimonio de una despedida anticipada", "La infinita grieta del sendero" y "Ecos de un canto lejano", además de un libro de cuentos, "Relatos de un turista varado" y una novela, "Donde no florecen las rosas". Además de Caracas, ha residido en Medellín, Colombia, y actualmente en la Ciudad de México. Instagram: @soyarcalderonAndrés Calderón: memorias en ciudades sordomudas