Antonio Hernández Fimia (Madrid, España, 1997). Es poeta y actor licenciado por la Real Escuela superior de Arte Dramático. Actualmente es integrante de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC). Ha participado en diferentes obras de teatro entre las que destacan Todas hieren y una mata (Álvaro Tato) o Mestiza (Julieta Soria), ambas dirigidas por Yayo Cáceres con la compañía Ay teatro, series como + de 100 mentiras o Cuéntame y películas como Casa de fieras o Código 10.36. Ha publicado en Puro teatro: homenaje a un oficio (Daniel Migueláñez ed.), antología que reúne a distintos profesionales del hecho escénico. Fundador y director del Ayer, recital semanal de poesía en Madrid. Compagina la difusión cultural en redes sociales con su trabajo como actor y artista plástico (cartelería teatral, videoarte, ilustraciones…). En diciembre de 2021 se estrena como productor audiovisual con Ayer: especial fin de año, gala que dirige y presenta donde invita a un gran número de representantes de la escena teatral y poética contemporánea.

Antonio Hernández Fimia: La absolución pertenece a un idioma sin segundas oportunidades.

AYER

Lo que queda 

-tan poco ya- sería suficiente si durase. 

Dejadme que os hable  de ayer, una vez más de ayer: el día 

incomparable que ya nadie nunca volverá a ver jamás sobre la tierra. 

Ángel González 

Ayer, que en el colegio esperé a mamá

pintando y escribí por vez primera tu nombre

tantas veces como pude.  

Que vino Dios al mundo y que mi nieta 

se puso aquel perfume que aprendió de las postales. 

Ayer, que se inventó la palabra luna,

que a caer se jugaba distinto.

Que tuve un idioma, una moto,

un enemigo. Ayer, que trepamos la noche. 

Ayer, al repartir en clase el zumo y las galletas,

tras amanecer borracho en la avenida

con el viento protestando en mis vaqueros. 

Al llorar junto a mi padre, a la hora en que se acuesta el frío,

ayer cuando vivía en los andenes estuve pensando, 

¿Acaso soy ya un recuerdo? 

Propongo hacerle trampa a la memoria,

viajemos al último aliento.

(Cada uno aquí rellena la particularidad del suyo.)

Abandónate y exhala. 

A medias. 

Lejos ya del cuerpo te concedes una resurrección modesta. 

Elige un día cualquiera,  

hoy, por ejemplo, pero sé implacable. 

No abraces como entonces a quien tengas delante,

sino como quedó en la memoria. 

Ama con la responsabilidad de quien construye un recuerdo

sin segundas oportunidades. 

Salte del libro.  

Mira tus manos. 

Busca un espejo. 

Parece que fuera ayer… 

exhalas.  

Ayer todavía. 

.

.

ALGO TUYO 

Algo tuyo que pensé tras despedirnos

tacho subiendo al tren.

El daño ya no es mío, reflexiono. 

El vértigo que me acompaña

tampoco llegará al fin del trayecto,

es de otro cuanto leo, pertenece a quien lo escribió. 

Me acompaño en diferido.

Para no estar solo 

escribo sobre algo tuyo que amaneció nuestro, 

antes del largo abrazo y del “estás guapísima”.

Los recuerdos son los pliegues que se

marcan en el tiempo al doblarlo

y guardarlo en los cajones. 

El día de hoy quedó marcado 

en el café con que me rendí al insomnio de madrugada y en tu

“necesito que hablemos” cuando reía con mi madre.

Hubo un pliegue en la señora saludando al conductor del tren de ida

y otro inconfundible en el “te quiero” con que empezó el poema. 

Ha pasado un día y el resto no me pertenece.

Tan sólo el tiempo doblado que guardo en tu cajón vacío,

desde este algo mío donde ya me faltas insoportablemente. 

.

.

9 DE JUNIO

Hoy que mis caricias te supieron a pasado                                      

y pagamos al contado las deudas de ayer,                                       

que tus piernas me han tocado                                       

y mi junio no se ha hundido,

que la última llama se nos ha muerto en la boca                                       

y al verte sin ropa me he sabido contener,

que no parece tan loca                                        

la absolución del olvido,                                       

hoy, mi amor, he comprendido                                       

que el amor no va a volver.

Antonio Hernández Fimia (Madrid, España, 1997). Es poeta y actor licenciado por la Real Escuela superior de Arte Dramático. Actualmente es integrante de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC). Ha participado en diferentes obras de teatro entre las que destacan Todas hieren y una mata (Álvaro Tato) o Mestiza (Julieta Soria), ambas dirigidas por Yayo Cáceres con la compañía Ay teatro, series como + de 100 mentiras o Cuéntame y películas como Casa de fieras o Código 10.36. Ha publicado en Puro teatro: homenaje a un oficio (Daniel Migueláñez ed.), antología que reúne a distintos profesionales del hecho escénico. Fundador y director del Ayer, recital semanal de poesía en Madrid. Compagina la difusión cultural en redes sociales con su trabajo como actor y artista plástico (cartelería teatral, videoarte, ilustraciones…). En diciembre de 2021 se estrena como productor audiovisual con Ayer: especial fin de año, gala que dirige y presenta donde invita a un gran número de representantes de la escena teatral y poética contemporánea. Antonio Hernández Fimia: La absolución pertenece a un idioma sin segundas oportunidades.