Carla Santángelo Lázaro nació en Mahón, Islas Baleares. Actualmente reside entre Ecuador y España. Es magíster en Escritura Creativa por la UNTREF (Buenos Aires, Argentina). Ha trabajado como editora en proyectos culturales y de forma independiente. Actualmente coordina espacios de formación e investiga literatura con perspectiva de género para el proyecto Casa Índigo, del cual es cofundadora. Ha participado como autora en varias antologías y ha publicado su poemario Liquen con Aguaviva Ediciones (2021). Está terminando el máster en Estudios Lingüísticos, Literarios y Culturales de la Universidad de Sevilla, institución en la que también es asistente honoraria del grupo de investigación Escritoras y Escrituras. Actualmente estudia el Diplomado en Memoria y Discursos Autobiográficos del LEM (Puebla, México).

Carla Santángelo, Hacer magia con un susurro bajo el vacío.

Cuando mi abuelo comía higos

era como un sueño

los dedos manchados

sobre el plato

agosto

el sol

volvía transparente el agua 

de la piscina

he olvidado por completo

su voz,

a veces imagino que vuelve

de cuclillas

enciende el fuego

volcado hacia el vacío

mi hermana y yo

miramos su figura

de espaldas

le pregunto en nuestra lengua

què diries ara?

                  olivo 

                  atardecer

                  pino

                  casa

no hi ha res més després de sa mort

només noltros una altra vegada

dejo dos plantas

sobre la tumba

con un trapito,

cuidadosa

quito el polvo

de su nombre

tomo notas para él

como si pudiera ver algo

un pedazo de cielo

sus ojos

cada árbol plantado

tierra adentro

ahora lo sé

mi abuelo está más vivo

en la escritura

de lo que estuvo

en la vida.

.

.

Vivíamos el tiempo

del verano

dentro del agua

como anfibios

transparencia

límite 

 cicatriz

medíamos la fuerza

buceando

decíamos

a ver quién puede volar

el deseo siempre

ser otra cosa: 

un animal

algo poderoso

cruzar la frontera de la edad

hacer magia

aferradas a ese amor

uno precoz

de esos que todavía no está tocado

ni siquiera por la vida.

.

.

Fuimos a dejarle flores

al abuelo

su tumba un misterio dorado

compré dos plantas

de esas que tardan en morir

limpiamos su nombre

con un susurro

dije algo

que olvidé enseguida

él dejó de visitarme

en sueños.

.

.

Abuelo: no voy a decirte

hay arena

bajo tu nombre.

.

.

Te miro

al fondo del jardín

rodeado

por una atmósfera amarilla

sentado en la quietud

a punto de hablar

cayendo de un árbol

¿qué son tus manos?

signo abierto

hueco de luz

ahí estás agachado

como un niño viejo.

.

.

Solíamos bucear

con los ojos abiertos

así aprendimos a ver

el contorno fugaz                      

de las cosas.

.

.

La vajilla de la madre

de la madre

de mi madre

el cuadro

de naturalezas muertas

los sillones cubiertos

con sábanas

como animales 

escondidos

muebles grandes

pequeños detalles

figuras de porcelana

un frasco con bolitas

de anís

algunas cosas solo pueden verse

con los ojos dices

como una invitación

recorro la casa

sin verla

organizo el dolor

para trascenderlo.

.

.

Escribo

cada parte que ilumino

brilla un segundo

y se apaga

quiero la casa

de los veranos

en cambio      tengo

su borrado perfecto.

.

.

Voy a intentarlo

hablarte directamente

perdón

voy a intentarlo

abuelo, a ti

l’avi, a tu

iai

perdón, ¿ya nacimos?

la casa dejó de existir

ya no puede dolerte

sin embargo

tus nietas conjuran

la paz que te duerme

se lamentan despacito

a veces

nosotras, perdón

nos lamentamos

decimos: ay, la casa

fue bonita

qué pena, iai

el olivo que plantaste

lo arrancaron

los pinos

el ficus

se fueron las tortugas

campo adentro

ya nadie roba los higos

ya nadie los ofrenda

l’avi,

te hablo en sueños

¿cómo es posible?

en la lengua de tus padres

de tus hermanos

que no fue la nuestra

esa ternura incluso 

de regañarnos

en menorquín

aneu a nadar!

apagueu aquesta tele!

abuelo

figura borrada

voz sin fondo

te pongo flores 

como si te hablara

palabritas que viven 

con el riego

un ritual de quererte cuando ya no estás.

Carla Santángelo Lázaro nació en Mahón, Islas Baleares. Actualmente reside entre Ecuador y España. Es magíster en Escritura Creativa por la UNTREF (Buenos Aires, Argentina). Ha trabajado como editora en proyectos culturales y de forma independiente. Actualmente coordina espacios de formación e investiga literatura con perspectiva de género para el proyecto Casa Índigo, del cual es cofundadora. Ha participado como autora en varias antologías y ha publicado su poemario Liquen con Aguaviva Ediciones (2021). Está terminando el máster en Estudios Lingüísticos, Literarios y Culturales de la Universidad de Sevilla, institución en la que también es asistente honoraria del grupo de investigación Escritoras y Escrituras. Actualmente estudia el Diplomado en Memoria y Discursos Autobiográficos del LEM (Puebla, México).Carla Santángelo, Hacer magia con un susurro bajo el vacío.