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—Hola Marina: Es tan lindo escuchar tu voz cada vez que me llamas. Tienes la voz más bella del mundo. Muchas gracias por llamarme. Me siento bien durante días y días después de hablar contigo. Y pienso que te voy a ver de nuevo y eso me hace andar. A veces cuando me enfermo pienso en ti y me pongo bien. POR FAVOR TEN MUCHO CUIDADO AL CRUZAR LA CALLE. MIRA PARA LOS DOS LADOS. Pienso en ti todo el tiempo y te amo más que al cielo o a las montañas o al mar o a nada ni nadie. Por favor pórtate bien y sé feliz y no te preocupes por mí. Con todo mi amor, mi pequeña, Hank.
Carta de Charles Bukowski a su hija Marina Bukowski,
16 de septiembre de 1969.