Presentamos tres poemas del primer libro de la joven poeta mexicana Constanza Alonso, quien se estrena en el catálogo poético con “Todos los jardines”, poemario que estará publicándose en próximas fechas bajo el sello editorial de Alcorce Ediciones. Los dejamos con esta breve muestra de su poética.
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ELEGIRME
Si me voy
quiero que sepas que no me quise ir,
que yo siempre fui de llegar
pero nunca de partir
y tal vez ahí yace el error.
Me quedo en la línea que despega lo que ya no está,
de lo que ya se fue,
porque prefiero que te vayas, a irme,
pues partir significa tomar una decisión,
que no se si quiero tomar,
porque irme significa elegirme a mí
sin pensar en los demás,
y eso no es egoísmo, pero tampoco es amor.
Y es que mi amor sobrepasa las paredes de lo natural
convirtiéndolo en un súper poder.
Pensé que aquello era como volar,
pero voy en caída libre, cuesta abajo.
Más bien es como la invisibilidad,
porque los gritos de mis palabras ya no retumban,
porque aun sin estar, me ves al igual que estando,
y no decidir también es tomar una decisión.
Pero yo no puedo tomarla,
vuelvo a caer en esta jaula,
condenándome a no elegir
porque hay mucho que ser y hacer,
para no ser e irme.
Pero quizá sea hora de elegir-me.
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BATALLA PERDIDA
Estoy en una competencia conmigo
y voy perdiendo.
¿Quién me enseño a viajar con tan mala geografía?
El vaivén de mis pensamientos se dirige al precipicio
donde los niños no juegan y las risas solo se escuchan
como ecos de una caída.
Quién diría que en un bosque donde las mariposas revolotean
podrías perderte y no ganar.
Cuando todas las direcciones se nublan y no hay a dónde subir
es cuando te das cuenta
que una vez que llegas,
todo está perdido.
Acabo rendida luchando con los fantasmas
que me acechan como una historia de terror.
Luego recuerdo que esto no es cinematografía
sino una trágica historia.
Que mi cuerpo no aguanta y solo se rinde ante el miedo
y se deja ganar.
Me duerme el pensamiento más oscuro y retorcido
pues es más dulce que la amarga realidad.
Quizá estoy parada en un nuevo mar de lágrimas
que atenúa mi vida y la de los demás.
Quizá los monstruos aprendieron a nadar y he sido su salvavidas.
Se me han olvidado las batallas ganadas y hoy
he decidido perder la guerra.
Me asusta el deseo de la reciprocidad y de la buena compañía
¿Quién me enseñó a ser la peor porrista?
Tengo puesto el freno de mano ante la vida soñada.
Me sostiene como chaleco salvavidas y pensé que me estaba ahogando.
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SIEMPRE TÚ
Mi alma se rompió en dos buscándote
y otra vez me abandoné para poderte sostener.
¿Quién me sostiene a mí?
Quise llenar tu vida de flores
y olvidé regarme los pies;
hoy me marchito.
Eres demasiado que me asombra la idea
de poder conseguirte.
Me mido en escala hacia abajo
pensando que tenerte sería completarme.
Pero quien se abandona por amor
no sabe que está cometiendo suicidio.
Me ahogo en tonos de azul
creyendo que te tengo,
pero mi instinto me dice lo contrario,
que no eres mío y que nunca lo fuiste.
Trato de pintar paisajes entrañables
que me entreguen a los buenos momentos
sin recordar que debo intentarlo todo,
nada a medias.