Gian Franco Huacache (Lima, Perú, 1992). Novelista y escritor de diversos ensayos. Es también editor del grupo editorial Lútiemmar Editores, y director de la Revista Lútiemmar. Colabora como cronista en La casa de la ficción y publica sus artículos en su blog llamado “En defensa de lo inútil”, donde comparte sus experiencias como lector, escritor y librero. Entre sus rimeros trabajos se encuentran una colección de relatos titulado “Estación de la soledad” el ensayo “Cuentos obreros” y s primera novela “Cinco secretos”, novela en la que se aborda la vida de Layla, a través de sus diversas experiencias y sus diarios.

Gian Franco Huacache: La palabra sucumbe con la esencia imperfecta.

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La primera vez que la vi

pensé en los campos de mi niñez

y me asaltó el recuerdo extraño

entre feliz y melancólico

de mi primer amor.

Sus ojos parecían decirme:

«Soy tan imperfecta»

y yo quería acercarme, decirle:

demasiado imperfecta

como para no amarte.

Pero ella odiaba

las frases trilladas

Las detestaba

como a las frases geniales.

A los malabaristas de palabras

A los que jugaban a entenderla

hablando ellos solos

consigo mismos.

Cada invento, vulgar o pretencioso

le resultaba un fastidio

Cada recurrir a intentar persuadirla

de su malhumor

era una derrota clara.

Por eso me guardé las palabras

Conocerla era escucharla

Intentar llegar a ella era posible

sólo a través del silencio.

No siempre encuentra uno la dicha

en un ave oscura y solitaria

quien por voluntad propia

sucumbe al amor en silencio

Ella estaba cansada de promesas.

Pero una noche volví a casa

con la imagen de su rostro desencajado en mi cabeza, y desde entonces

no abandoné la idea de que,

aun cuando ella era hermosa,

alguien le había hecho creer lo contrario.

Y era como si sus ojos,

grandes y tan tristes, me dijesen:

«Debes estar loco

como para querer amar

a alguien como yo».

De cierto modo lo estaba

Desde hacía un tiempo atrás

el potencial de sus errores

se había convertido en el impulso

que disparó el amor.

No me interesaba su carne

Me había enloquecido

el hecho de que ella no procurara

hacer nada por agradarme

No había algo implícito

que albergara dudas.

Y la quise así, conmigo:

tan cansada, tan escéptica

tan errónea, tan distante

A veces triste, a veces

un ave ya sin color.

Y sin embargo, otras veces,

era simplemente una mujer

con exceso de amor y de miedos

y las palabras le salían

exageradamente

para luego volver a ese

silencio incómodo

del que no iba a escapar

sino cuando se daban sólo

los milagros del buen humor.

Había que levantar

una casa del árbol

para ella en ese lugar seguro

de las promesas que

sólo se sellan con las miradas.

Había que aprender

a caminar con ella

Había que empezar por decirle

que yo no estaba dispuesto

a cambiarle absolutamente nada.

La quería así,

libre y con la esencia

dichosa de sus errores,

porque esos errores no hacían

más que embellecer

el inapagable fuego

que era ser ella misma.

Gian Franco Huacache (Lima, Perú, 1992). Novelista y escritor de diversos ensayos. Es también editor del grupo editorial Lútiemmar Editores, y director de la Revista Lútiemmar. Colabora como cronista en La casa de la ficción y publica sus artículos en su blog llamado “En defensa de lo inútil”, donde comparte sus experiencias como lector, escritor y librero. Entre sus rimeros trabajos se encuentran una colección de relatos titulado “Estación de la soledad” el ensayo “Cuentos obreros” y s primera novela “Cinco secretos”, novela en la que se aborda la vida de Layla, a través de sus diversas experiencias y sus diarios. Gian Franco Huacache: La palabra sucumbe con la esencia imperfecta.