Hussein Habasch (Afrin, Kurdistán. 1970) es poeta kurdo quien reside en Alemania. Escribe en kurdo y en árabe, y sus textos han sido traducidos a veinte idiomas distintos. Autor de más de una decena de libros, ha participado en innumerables festivales de poesía alrededor del mundo. Ha recibido el Premio Gran Poeta Kurdo Hamid Badirkhan, otorgado por la Unión General de Escritores y Periodistas Kurdos, así como el premio Internacional de Poesía Bosnian Stećak, otorgado por la Unión de Escritores de Bosnia y Herzegovina.

Hussein Habasch, Que Dios salve los anhelos en nuestros corazones.

LA DIFERENCIA ENTRE TÚ Y YO

La diferencia entre tú y yo

es que tú pones pierna sobre pierna

y tomas ahora tu copa de vino con placer.

En cuanto a mí, me envuelvo sobre mí mismo

tragando al mismo tiempo la copa del dolor 

en el hospital.

Tú subiendo en Facebook la foto de tu madre nonagenaria en plena juventud!

Y yo recordando ahora las facciones de mi madre septuagenaria llena de arrugas!

Tú la ves todos los días y le pones un beso sobre la mejilla

Y yo desde hace ya veintidós años no la he visto más que dos veces,

y beso todos los días su foto de tanto anhelo.

Que Dios salve a nuestras madres.

Tú ves todos los partidos de fútbol.

Te ríes, comentas, gritas y animas a este equipo contra aquel otro

mientras yo sigo todas las amarguras de mi gente en Afrin.

Lloro, me deprimo, maldigo y me aflijo por lo que le sucede.

Tu hermana tiene una maravilloso hogar en pleno corazón de la ciudad

en cuanto a mis dos hermanas ya son errantes sin hogar, ni refugio.

Una familia de «Ghouta» apoderó de la casa de la primera

y otra familia de «Qalamoun» ocupó la casa de la segunda. 

Tú sientas con tu único hermano

discuteis la forma de repartir la enorme herencia que ha dejado vuestro padre

en cuanto a mí, pienso en los asuntos de mis hermanos dispersos en los cuatro puntos cardinales de la tierra, desterrados o huidos,

y no tengo en mano ninguna argucia para reunirlos o llevarlos a la orilla de la salvación.

Tu país es Alemania

y el mío es Kurdistán

y tanta diferencia hay entre los dos.

Alemania florece y crece en cada momento, en cada minuto,

mientras Kurdistán es degollado y asesinado en cada centello, en cada segundo.

¡Tu país exporta tanques Leopardo para asfixiar lo que queda del aliento en el pecho de mi país!

Los hijos sobrevivientes de mi país huyen milagrosamente de la máquina de la muerte,

piden en grupos asilo en tu país.

Tú naciste con una cuchara de oro en tu boca

y yo nací con una copa del jugo de tuera en la mía.

Es lo poco de lo abundante de las diferencias entre tú y yo

y no seguiré contando el dolor que me acompaña como mi gemelo desde mi nacer.

Y a pesar de las diferencias que ves entre nosotros,

entiendo perfectamente por qué celebras la vida

¡Y nunca entendí la razón de desesperarme de ella!

.

.

¡CÓMO AMA UN KURDO SU PERTINACIA!

Amo estas montañas escabroso

y estos ríos magros que llevan las rodillas flacas hacia su última morada.

Amo estas piedras que se resisten con tenacidad al calor del sol, a la canícula del verano

y al frío de escarcha en pleno invierno.

Amo este barro que se parece a mi cuerpo

y esta tierra que tanto interesa al corazón primero.

Me encanta este polvo, que es el antimonio de mis párpados

y este aire, que es un bálsamo para mis pulmones

Me encanta este bajito terebinto.

El majuelo de perfumada fragancia.

Amo el cactus y sus espinas,

los olivos y sus anhelos.

Amo a estas altísimas cañas que todo el tiempo cantan al borde del río.

Y a este pantano oscuro donde las ranas croan sin interrupción.

Amo la margarita que se parece tanto a la blancura de mi corazón.

estas anémonas que fraternizan con mi sangre.

Amo estas casas de barro

y estas chozas que ondean como banderas en los lindes de las aldeas olvidadas.

Amo ésta elegante viña que da uvas y vino.

Amo estas espigas amarillas que dan pan y comida. Amo estas alondras muy orgullosas de sí mismas,

Y estas cigarras, que todo el tiempo estridulan.

¡Amo mi país 

de extremo a extremo,

de lo más lejano a lo más cercano

como ama un kurdo su pertinacia!

.

.

¡VIOLACIÓN!

Violasteis nuestra tierra

y nos dijisteis somos hermanos.

No hay diferencia entre los hermanos

quien la siembra, come su cocecha.

y habeis comido nuestra cocecha

dejando nuestro estómago vacío.

Prohibisteis nuestro idioma

imponiéndonos vuestro idioma 

sosteniendo en falso que es sagrado

y tratasteis de persuadirnos

que el nuestro es un idioma de la chusma y los bandoleros!

Ceñecisteis nuestra abundante riqueza con cinturones de la pobreza.

Robaste toda la riqueza

y nos dejasteis vuestros cinturones de la vileza.

Nos impusisteis con insulto vuestros falsos esloganes nacionalistas

y todo el tiempo nos rompisteis la cabeza  

hasta que los hemos odiado y tambien hemos odiado sus medidas

que tratasteis vestirnoslas con la fuerza en nuestros cerebros!

Apretasteis las lenguas de nuestros niños

para que canten vuestros himnos en las escuelas

y éstos rebotaban cual puñaladas en nuestros corazones.

Nos gobernasteis con vuestras leyes racistas

Y nos obligaste a creerlas

como si fueran las leyes divinas del cielo!

Pero, ¡qué disparate! ¿cómo pudieramos creer su divinidad?

Nos dijisteis que somos hermanos

y que estas tierras son para todos nosotros

violasteis la tierras en toda su inmensidad

convirtiendola en una granja para vosotros y vuestros hijos

y nos abristeis las puertas de la errancia, de la huida y del destierro, para nosotros y para nuestros hijos.

¿Qué hermandad es ésta?

¿Qué país es éste?

Traducción de Khalid Raissouni

Hussein Habasch (Afrin, Kurdistán. 1970) es poeta kurdo quien reside en Alemania. Escribe en kurdo y en árabe, y sus textos han sido traducidos a veinte idiomas distintos. Autor de más de una decena de libros, ha participado en innumerables festivales de poesía alrededor del mundo. Ha recibido el Premio Gran Poeta Kurdo Hamid Badirkhan, otorgado por la Unión General de Escritores y Periodistas Kurdos, así como el premio Internacional de Poesía Bosnian Stećak, otorgado por la Unión de Escritores de Bosnia y Herzegovina.Hussein Habasch, Que Dios salve los anhelos en nuestros corazones.