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LA POESÍA
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No haces ya los versos,
no los haces.
Tal vez la poesía
sea sólo una forma de señal
de los atardeceres de tu alma.
Más no compones,
ni dices ni callas.
Tal vez por compañía
has de tenerla,
o por consolación
que es vana estadía la tuya en las palabras,
como tu paso,
si es que dejas huella.
Acaso un recuerdo, o un amor, o un adiós,
pues ya no sabes
en cuál lugar de ti estás ahora.
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VOLUNTAD DEL JUGLAR
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Sea la inexistencia
Que mi ser todo desaparezca
Que no quede huella de mis escritos
Memoria de mis actos
Rastro de mí
Semilla o fruto de mis pensamientos
Que mi nombre se hunda en el olvido mi alma en el no ser
Mi vacío en el vacío universal
Como se han ido ya mis horas
Así se seque el cauce de mi sangre
Ay que huella no quede de mis pasos
Ni eco de mi voz
Ni sombra de mis cosas
No se guarde de mi ni la nostalgia
Así sea en una urna
Borrada de los lienzos toda imagen
Que los espejos ya no me reflejen
Y si algo quedare
Sea pues de mi ser lo que no ha sido.
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RECONOCIMIENTO
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Los ojos que me miran desde un cristal imaginario,
Evocando los rasgos que tuviera un día,
Nada tienen que ver o saben del final que me
aguarda
Y no imagino.
Sin embargo,
Cuando lunas y soles hayan cumplido con su
tránsito,
Y de la memoria hayan partido imágenes y sueños
eternos,
Quedarán,
Como la parte mía no encontrada, los ojos que me
miran.