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La poesía es un acto gratuito. Es un misterio tremendo al que hemos pesquisado, buscado durante años de nuestra juventud en ese encuentro tremendo de las palabras con el misterio de la vida.
En realidad, yo te podría decir que la poesía es un suceso, un acontecimiento, una ocurrencia de todos los días.
No creo en los poetas de vocación, creo en los poetas del destino.
Creo que la poesía es como una maldición o como una bendición humana que nos salva del diario morir.