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A menos que uno encare esto con mucha seriedad, con real inquietud, con profundo interés, con pasión, me temo que no podrá llegar muy lejos; lejos no es el sentido de espacio o tiempo, sino muy profundamente dentro de uno mismo. Se necesita una gran pasión, muchísima energía, pero la mayoría de nosotros desperdicia sus energías en conflicto. Y cuando cambiamos toda esta cuestión de la existencia, necesitamos energía. La energía viene con la posibilidad del cambio; si no hay posibilidad de cambio, la energía decae, se disipa.