RECOMPENSA
Abro mis costillas en la hora que mi madre empieza a llorar
tan pausadamente y tan silenciosamente
que su herida abierta en la mañana consigue sangrar
e invade los rostros
de la multitud de presencias extrañas que nos conocen.
Toma con su mano izquierda un vaso de agua
y en su garganta se levantan los deseos mortificados
y en su mirada distante se contempla el abandono,
su mirada vacía que descansa en mi nuca
como un recuerdo de nuestra unión marcada por la muerte.
Abro mis costillas, para que se inmiscuya con permiso
dentro de mí y descubra la manera de entregarme su llanto
como una recompensa por sus cargas olvidadas,
una recompensa por el silencio que mantiene
para evadirse y para evadirnos.
Madre, aunque no lo creas
tu silencio también grita.
.
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HERIDA
La herida se alimenta de mi madre, se alimenta de mi padre,
se alimenta de mi cuerpo, se alimenta de los vivos a mi alrededor
y les dicta la manera correcta de callarse su presencia.
Es gris y oscura, tiene un sabor agrio y se trepa por las piernas
hasta apropiarse de todo lo que no le pertenece,
de todo lo que nunca será suyo.
Viene en la placenta, en la memoria,
engorda y enflaquece,
se esfuma con el sueño y se aparece en la madrugada
para ser reconocida y buscar entendimiento.
En la hora de su génesis y con el cansancio de mis dientes
le hago la pregunta:
¿Cuando dejarás libre a mi carne y a mi alma?
.
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BÚSQUEDA EN LO RESURGIDO
Hay una parte oculta dentro de mí
que se aparece en la cama donde me cuelgan las piernas,
un sudor le acompaña, le fortalece, le enaltece.
De repente, reconozco el sabor de lo frustrado,
que me escucha e intenta llamar un poco de atención
a toda costa,
pero la ilusión casi inerte que me proclama, la evade con malicia.
Soy este que busca al resurgido,
preguntas sin respuestas
que se leen constantemente en las páginas de lo inconcluso
¿Por qué me sigues, si mi pavor te está señalando?
¿Por qué me sigues, si mi miedo te está ocultando?
¿Por qué me sigues, si en la historia tu sangre se derrama?
¿Por qué me sigues, si nos corrompen los silencios?
¿Por qué me sigues, si te he dejado en la hoguera encendida
como un acto de sacrificio entre los sacrificados?
¿Por qué me sigues?