Mabelle Halatsch Gómez (Viena, Austria. 2005). Joven estudiante austromexicana, apasionada de las letras y las artes escénicas. Ha participado en diversos talleres de poesía y algunos de sus textos serán incluidos en una antología de poesía joven a publicarse en México en este 2024. Esta es su primera colaboración con Vislumbre.

Mabelle Halatsch Gómez: tejedora de palabras

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ABRAZADOS EN DEVOCIÓN

Abrázame así, como si supieses

que se nos escapa la vida,

como si el reloj devorase nuestra piel

y lo único que nos queda es querer querernos.

Regálame una mirada, de esas que encienden

la fogata donde reposan nuestros corazones.

Regálame una palabra, de esas que estallan

en la mente como si el fin fueran

nuestros corazones ardientes,

no esperemos a detener nuestras mentes,

solo saber que si seguimos somos uno para siempre.

Regálame un miedo que juntos confrontemos,

con el fin de que algún día lo olvidemos,

tomarnos de la mano para juntos explorar lo inexplorado.

Agujetas fáciles de desatar, difíciles de amarrar

pero imposibles de no llevar.

Regálame ese amargo sabor dulce,

que cambia todo aquello que un día mal supuse.

Porque tan solo contigo a mi lado

es mar salado de agua dulce.

Regálame ese niño interior que cuando sale,

aquella sonrisa que tan feliz me hace, sobresale.

No busquemos palabras perfectas para el momento,

si juntos ya perdemos el aliento.

A tu lado, el sentimiento es inefable,

que hasta en tus brazos soy vulnerable.

Quiéreme como solo tú sabes,

así sin pensar que algún día se apagarán las luces,

pero que si ese día llega nos iremos felices,

sabiendo que nos entregamos y estuvimos donde quisimos estar… siempre.

Contigo a mi lado, pienso todo aquello

que solo los más hermosos paisajes producen,

un sentimiento que no caduca, sino que siempre

en mi mente se conduce,

por aquellas direcciones en las que tú ser me consume.

Aquel sentimiento va más allá de lo que un poema pueda expresar,

sin más, las palabras sinceras en ello te puedo regalar.

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TEJEDORA DE PALABRAS

Soy una tejedora de palabras,

ensoñando con páginas impregnadas de pasión,
que capturan mi profunda atención,

bajo la llamada hacia un campo de vocablos
floreciendo con la luz del sol.

Oscura luz que ilumina un arte de expresión,
con esposas hermosas que aprisionan

los lazos que uno siente por el amor de amar un arte.

Pluma y papel, metamorfoseados en disfraces e invitaciones
danzan en un encuentro de infinitos,

un encuentro que, con ojos cerrados,
existía solo en una cama,
nutriéndose del deseo palpable en las palabras.

Voces silenciosas que caen como lluvia en la hierba alta
de oídos sensibles, empapando

el delicado anhelo de ser escuchadas,
sensaciones que resuenan en un llamado al amor compartido,

unidas en una página sin conocer el capricho del destino.

Llévame a dar la vuelta,

en un descubrimiento de todo lo que un día sentí,
plasmado en miles de velas encendidas

que iluminan los sentimientos en los corazones.
Bajo el manto de estrellas que danzan,

somos como un baile que susurra al mundo
instantes de corazones entrelazados,

tejiendo historias en la noche.

Sí, te llevo en mí, prendida como una llama,
te acaricio y escondo,

te alimento en lo más profundo de mi herida secreta.

Y si algún día mi muerte

te da vida, serás como una muerte viva,
aquella que continúe plasmando nuestro sentir

y dispare como una bala lo que en ti alguna vez fui.

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PATITAS EN EL CIELO

Tus ojos brillantes, llenos de alegría,

iluminaban cada día con tu presencia.

Fiel compañero, incondicional amigo,

tu amor era un refugio en la tormenta.

Recuerdos imborrables de caricias compartidas,

paseos en el parque y juegos sin fin.

Tu lealtad inquebrantable, un vínculo eterno,

un lazo que trasciende la vida terrenal.

Aún puedo verte persiguiendo la pelota,

tus patas incansables dejando huellas en mi corazón.

Y en las noches, soñaba con ese sonido único,

tus patitas corriendo detrás de mí, llenas de emoción.

En la puerta, tu cola no paraba de mover,

esperando impaciente mi llegada a casa.

Esa bienvenida incondicional, sin igual,

llenaba mi alma de dicha y alegría sin tasa.

Con esa mirada sabia, sabías cuando no estaba bien,

y en silencio, apoyabas tu pequeña cabeza en mi pecho.

Un fuerte silencio que traía paz a mi ser,

susurrando un «aquí estoy para ti» sin hablar, con afecto.

Aunque tu cuerpo ya no esté a mi lado,

tu espíritu perdura en cada rincón.

En el susurro del viento, en el canto de los pájaros,

tu esencia se mantiene, como una dulce canción.

Aún guardo en mi cajón restos de ese hermoso pelaje,

el sonido de tus uñas largas que nunca te dejabas cortar.

Tu ropa, tus juguetes, que algún día quedarían sin dueño,

ahora son un hermoso recuerdo en mi corazón para atesorar.

Mis lágrimas son testigos del vacío que siento,

pero también de la gratitud por haberte tenido.

Fuiste mi apoyo en los momentos más oscuros,

y ahora, en el cielo, tu luz ha florecido.

Sé que allí corres libre, sin preocupaciones,

disfrutando de la eterna primavera celestial.

Jugando en los campos de ensueño, persiguiendo mariposas,

con esa alegría que siempre te hizo resaltar.

Y aunque ya no pueda acariciar tu suave pelaje,

ni sentir el calor de tus lamidas en mi rostro,

tu recuerdo vivirá en mi corazón por siempre,

como un tesoro que jamás se ha perdido.

Aún siento tu presencia en lo profundo de mi ser,

aunque ya no estés aquí físicamente.

Tu espíritu fiel permanece junto a mí,

brindándome consuelo eternamente.

Viendo las estrellas, sé que iluminas el cielo más que ellas,

y le darás un empujón a mi amanecer cada día,

para seguir adelante con tu recuerdo como vela,

hasta que nos reencontremos en la eternidad.

Así que, descansa en paz, mi querido amigo peludo,

y con tus hermosas cuatro patitas estarás ahora subiendo

en las escaleras del cielo.

Mabelle Halatsch Gómez (Viena, Austria. 2005). Joven estudiante austromexicana, apasionada de las letras y las artes escénicas. Ha participado en diversos talleres de poesía y algunos de sus textos serán incluidos en una antología de poesía joven a publicarse en México en este 2024. Esta es su primera colaboración con Vislumbre.Mabelle Halatsch Gómez: tejedora de palabras