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AQUÍ NO HAY VIEJOS,
SÓLO NOS LLEGÓ LA TARDE
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Aquí no hay viejos,
sólo, nos llegó la tarde:
Una tarde cargada de experiencia,
experiencia para dar consejos.
Aquí no hay viejos,
sólo nos llegó la tarde.
Viejo es el mar y se agiganta.
Viejo es el sol y nos calienta.
Vieja es la luna y nos alumbra.
Vieja es la tierra y nos da vida.
Viejo es el amor y nos alienta.
Aquí no hay viejos,
sólo nos llegó la tarde.
Somos seres llenos de saber.
Graduados en la escuela
de la vida y en el tiempo
que nos dio el posgrado.
Subimos al árbol de la vida.
Cortamos de sus frutos lo mejor.
Son esos frutos nuestros hijos
que cuidamos con paciencia.
Nos revierte esa paciencia con amor.
Fueron niños, son hombres, serán viejos.
La mañana vendrá y llegará la tarde.
Y ellos también darán consejos.
Aquí no hay viejos,
sólo nos llegó la tarde.
Joven: si en tu caminar encuentras
seres de andar pausado;
de miradas serenas y cariñosas;
de piel rugosa, de manos temblorosas.
No los ignores, ayúdalos.
Protégelos, ampáralos.
Bríndales tu mano amiga.
Tu cariño.
Toma en cuenta que, un día,
también a ti, te llegará la tarde…