POEMA A LOS EXES
I
Soy tan mía
como que eres un escudo
en tiempos de paz,
una placenta enterrada,
un autor sin nombre.
Soy tan mía
que eres un ex,
ex-centro,
ex-herida,
ex-refugio,
una imponente estatua
de ex-prócer
cubierta de heces de pájaro.
.
.
II
Cómo no creer en un mundo
donde existen las jacarandas.
.
.
III
LA REVOLUCIÓN DE LAS ENREDADERAS
¡Que se venguen, que se venguen todas!
Por cortarlas con formas que no eligen,
por no dejarlas crecer como ellas quieran;
que emerjan silvestres como felices alebrijes
dándole latigazos en el rabo a las señoras cizañeras.
–Que conecten mi casa con el Pompidou–.
Que alteren oficinas haciendo parques entre edificios,
que mezclen las ventanas de todos los Romeos y sus Julietas,
que levanten esferas protectoras para niños
y roben comida para las mascotas callejeras.
¡Que los túneles de las guacamayas lleguen hasta el congreso!,
que un canarito amarillo y honesto sea el nuevo presidente,
que, ¡zaz!, con una cachetada de rama se prohíba infraganti el beso
natural, pero cruel, de todos los casi infieles.
.
.
IV
A varios tipos de pájaro
les gusta seguir a los niños
para imitar sus canciones.
Tengo pruebas.