MUJER, DATE PERMISO
Mujer,
date permiso
para hacer a un lado tus documentos,
tus facturas
y escribir en block de notas,
los sentimientos que en ti surjan.
Date permiso
para que, teniendo que preparar
la ensalada, la sopa, el pollo, la gelatina,
hagas a un lado las cacerolas
y te dediques
a escribir
en tu libreta de recetas de cocina,
lo que, en ese momento,
quieras darte permiso de sentir.
Mujer,
date permiso de ejercitarte,
de salir a correr con unos pants no necesariamente combinados.
Si quieres
levántate a las seis de la mañana,
no para una actividad en especial,
sino por el simple hecho
de sentir el viento
que baña tu cuerpo
y penetra por tus sentidos
y tus ojos.
Date permiso
de sonreír
o estar callada y escuchar,
o intervenir en la conversación
para participar en la realización de tus ideales.
Mujer,
permítete a ti misma
alimentar tu espíritu,
recrearte con música,
cantos, libros
o con la naturaleza;
deja que tu mente esté en blanco
y se funda con el infinito
para integrarte al Universo.
Da,
date,
date permiso,
date permiso para…
para vivir… vivir.
Date permiso
de no adquirir
compromisos sociales, ni familiares
esta semana.
Camina
en sentido contrario.
Ve contra la corriente,
sigue tus impulsos,
encamínate hacia las multitudes
y fúndete con hombres y mujeres
que se empujan,
que presionan tu cuerpo
para percatarte de que existes,
de que ocupas un lugar
en el espacio.
Comunícate con familiaridad,
con el vecino
o limítate a expresar
tu sentir con la mirada.
Si quieres
no contestes el teléfono
cuando te estás dando permiso
para escribir,
y, sin remordimiento,
sigue dándote permiso, permiso
¡Para vivir!
para no interrumpir tu pensamiento.
¡Sigue adelante
con tus proyectos!
con tu interés
de plasmar tu emoción.
Y después,
libre de ello,
puedas someterte a la realidad,
a la realidad a la que te someten los demás
del ser mujer,
de ser responsabilidades,
responsabilidades, responsabilidades.
Ejercita tu albedrío,
respeto y autodeterminación.
Edifica el puente
que te conducirá
hacia las actividades
que te darán la libertad
y la capacidad de vivir.
Por eso,
date permiso
¡Para ser!
¡Para realizarte!
porque es tan efímero
el sentimiento del sentir
que si lo dejas pasar,
no retorna, no regresa
y vas dejándote morir,
morir por dentro.
Mujer…
¡Tu obligación es, ser feliz!
.
.
PASADO
Que si la culpa he tenido
de tus males y de todo,
deja que se quiebre el lodo
para ver el contenido,
del por qué lo sucedido.
Que si tú, en mí, te miraste
en cambio sentí el contraste,
la culpa no la he tenido,
pues si meditas lo ido,
fuiste tú quien te esfumaste.
Que si esta tarde nos vimos
traspasando las distancias,
yo, congeladas las ansias,
mientras las tuyas supimos,
revoloteaban caminos.
No es que lo haya así buscado,
cruzar y haberte encontrado,
en el parque donde antaño
visitamos casi un año,
con regocijo pasado.
Entonces yo te adoraba,
en el rostro había cascadas
de ilusiones encontradas
y tu mirada burlaba
lo que a raudales te daba.
Mas olvida aquellas tardes,
si aún en mi pecho ardes,
imagínate la hoguera
que en aquel entonces era.
Quizá, en tu mente, la guardes.
.
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VALLE DEL MEZQUITAL
La tierra del diablo tiene tepetate,
y crecen los cactus en parco paisaje
que hiere la carne de los que allí habitan;
son sombras que pasan, con almas dormidas.
Al ingerir pulque el que quiere vida,
encuentra reposo y olvida… ¿Qué olvida?
La queja que acusa su triste mirada,
que penetra y duele como puñalada.
Ese viento impío que azota su cuerpo,
destruye en pedazos y oprime mi pecho.
Indio que, olvidado de Dios has estado,
la siembra es tu llanto, la cosecha, el cactus.
Quisiera decirte las quimeras mías
mas tu lengua es otra, no me entenderías.
Y entre los vergeles de la tierra mía
anhelo arroparte, raza paria y fría.